jueves, 26 de febrero de 2015

Análisis artístico de una pintura pompeyana (escena situada en la Casa de los Pigmeos)

Vista general del fresco

Esta escena aparece representada en la llamada Casa de los Pigmeos de Pompeya, y fue pintada al fresco sobre una de las paredes de la habitación 8 de la misma. A pesar de que allí se descubrieron otras pinturas de temática diversa, como la representación de un Cupido o de un par de pintores, esta escena ha sido la más relevante, debido a su considerable tamaño y su gran laboriosidad. Por ello, esta zona de la ínsula romana en cuestión ha adoptado el nombre de Casa de los Pigmeos. La representación de escenas donde los protagonistas son pigmeos se convirtió en un tema común no sólo a Pompeya, sino a todo el Imperio romano. Los pigmeos eran considerados como los habitantes nativos de Egipto, y solían ser figurados como criaturas humanas afectadas de enanismo, de piel negra y cabello oscuro y rizado, que se disponían en un río (el Nilo) para cazar hipopótamos, grullas y cocodrilos, así como para recolectar cañas y otras plantas entre la espesa flora fluvial. Así, se los incluía dentro de aquellas tribus cazadoras-recolectoras venidas de tierras lejanas cuya existencia se debía a la supervivencia en el medio. Algo totalmente alejado de una civilización tan organizada y grandiosa como la romana, que sin embargo era admirado y muy utilizado en las representaciones pictóricas y musivarias, como ejemplo de los pueblos salvajes y la vida en la naturaleza.

Así, se puede observar un paisaje desde la lejanía, desde un punto de vista ligeramente picado, que se coloca de forma vertical, siendo más alta que ancha la escena. Las tonalidades del fresco se apagaron cada vez más debido al paso de los siglos, y las consecuencias que esto tiene al utilizar una técnica basada en agua. Aparte de eso, los elementos situados en un segundo plano resultan bastante más volátiles, como recubiertos por una neblina, que aquellos colocados en el primer plano, más luminosos. Por otro lado, el pintor decidió utilizar un sombreado que aporta un gran naturalismo a la escena, y que está patente en toda la pintura.


                                                           Segundo plano

A pesar del predominio de la línea sobre el color, parece ser que el autor ha preferido definir con menos precisión aquellas figuras que se sitúan en un segundo plano, es decir, aquellas de la parte superior que se colocan ''más lejos'' del observador. 


Cocodrilo siendo tentado por un nativo

Es el caso de los numerosos elementos representados. De izquierda a derecha se muestra un cocodrilo que asciende desde el río hasta un promontorio de tierra, donde se sitúa un pigmeo relativamente cerca de las aguas que está tentando al animal para arrastrarlo hacia la superficie y después cazarlo. 


Pigmeos realizando algún tipo de actividad

Siguiendo por la misma dirección aparecen otro par de oriundos que realizan una actividad juntos, pero se desconoce cuál debido a que se sitúan excesivamente lejos, y el fresco ha perdido demasiado color con el paso del tiempo. 


Nativos pescando sobre una barca de estilo egipcio

Mientras, en la parte inferior del montículo, ya en el río, hay grullas que revolotean, y en el extremo más derecho aparece una barca de estilo egipcio con dos personajes que se inclinan para pescar. 


Flora del Nilo

En el fondo de este segundo plano se representa una flora desdibujada pero muy espesa propia de la orilla del Nilo. Con el ambiente generado por la técnica usada se puede imaginar la humedad y el bochorno del lugar.


Primer plano


Hipopótamo y patos

En el primer plano aparecen elementos con un dibujo más marcado, los cuales ayudan a apreciar y diferenciar bien los contornos entre unas figuras y otras. También hay un empleo de colores más brillantes. En la parte izquierda, empezando de nuevo por ahí, un hipopótamo exaltado abre sus fauces y levanta ligeramente sus patas delanteras de forma amenazante; todo esto realizando un ligero escorzo. Se encuentra rodeado de vegetación fluvial, como apoyado en una zona más alta del lecho del río que, por ejemplo, las parejas de patos que lo rodean de forma simétrica nadando por el agua. Los ánades de arriba van dirección oeste, mientras que los de abajo van en dirección este, creando una contradicción de los sentidos que aporta dinamismo al conjunto, incluyendo el que otorga el hipopótamo espantado. 


Pigmeo principal


Pigmeo que avanza hacia el cántaro gigante

Hacia la derecha ya se muestra abundante tierra firme, de tonalidad ocre, como la de la arena del desierto. Un pigmeo, del que destaca su fuerte piel marrón, casi negra, así como su abundante cabello rizoso y su desproporción corporal, avanza hacia el este, adelantando y apoyando su pierna derecha en el suelo, y levantando y doblando la izquierda en el mismo gesto de correr. Se percibe también su indumentaria, que consta simplemente de un taparrabos beige; el color natural del tejido empleado.Presenta todos los rasgos convencionales de la representación de esta etnia (enanismo, raza negra, atuendos primitivos, etc.) El hombre porta dos cántaros de agua que se sostienen a los extremos de una caña de madera que se doblega por el centro debido al peso. Un cántaro de grandes dimensiones y forma redondeada, de una tonalidad marronácea-rojiza, aparece al extremo más a la izquierda, y es adonde se dirige el pigmeo para verter el agua que transporta. Tras la boca del recipiente más grande se yergue una palmera que tiene el tronco tremendamente estrecho por su parte inferior. La forma curvada del tallo al ascender le da una apariencia sinuosa a la planta. 


Puente que se conecta a tierra firme

Por otro lado, en la parte inferior de dónde se sitúa el pigmeo se muestra un puente cubierto por un techo plano y pilares que lo sujetan. Este puente conecta el área de tierra por la que camina el nativo con otra zona dispuesta en el lugar más bajo de la obra. Es un terreno de tonalidad ocre también, pero mezclada con el color grisáceo del agua, que le da la apariencia de arenas movedizas. 


Arquitectura fantástica

Arquitectura de inspiración griega, que se asemeja a un templo

Detrás del pigmeo se figura una arquitectura que no se puede encuadrar en un estilo; parece fantástica. Aparece simbolizado un edificio a dos aguas, cuyo frontón está coronado por un cántaro dorado, a modo de acrótera. Es una construcción similar a un templo griego, pues se observa un pórtico con varias columnas (aunque no se pueden contar con exactitud), un entablamento y el frontón ya citado. Por sus laterales está abierto en la parte que corresponde a la pronaos. 


Obelisco

Así, también se muestra una especie de obelisco coronado por un elemento rectangular, y justo detrás de él aparece un cocodrilo de color amarillo que se sitúa en el río, nadando dirección oeste. El obelisco está a la izquierda de la naos del templo, al lado de la orilla. 


Arquitectura cubierta

Delante del obelisco y del templo hay una estructura agachada y rectangular que está protegida por una carpa roja de un tono similar al recipiente del agua. La lona, a su vez, se levanta sosteniéndose a un lateral del templo (el izquierdo, vista la arquitectura de frente). Además, por debajo la eleva todavía más un árbol gigante ya muerto. 


Edificaciones del fondo

Al fondo de las construcciones citadas aparecen otras más difuminadas y camufladas con el río, que son como dos torreones o pilonos adornados con almenas, que están conectados entre sí por un puente colgante. Entre ellos, tras la mitad del puente, se yergue una torre áurea rematada por una gran moldura que a su vez está adornada por un cupulino. Se la aprecia bastante desvanecida respecto a los torreones. Detrás de estos dos elementos hay una cabaña, a la cual se la puede reconocer bien gracias a su techo de paja, que conserva brillante su tonalidad amarillenta. Por último, debajo del puente colgante se sitúan dos pigmeos haciendo el gesto de recolectar cañas juntos.

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