jueves, 3 de julio de 2014

Historia de la laca urushi y su influencia en Occidente

En China, la laca urushi ya se conoce desde el Neolítico (7000 a.C. aproximadamente). En Japón, el urushi se descubrió hace más o menos la misma cantidad de milenios, aunque en este país el ''Período Paleolítico'' (por compararlo con la prehistoria europea y proximoriental) seguía vigente en esa época (denominándose Jomon). Es por eso que el urushi en Japón no se desarrollaría de igual forma, al menos en sus comienzos, que en China. 

Guerreros de terracota de Xian, en China (210-209 a. C.)
Originalmente, las esculturas estaban recubiertas de una o dos
capas de laca urushi, con el objetivo de fijar los pigmentos.
Sin embargo, esta técnica no resistió al paso de los siglos,
ya que la resina se corrompió con el contacto con las humedades 
del subsuelo.


En este último país aparecían, en el 210-209 a.C., los Guerreros de terracota de Xian, donde la laca ya sirve como base para la pintura polícroma. Por esos años Japón había entrado recientemente en el Período Yayoi, el cual, al no estar desarrollado lo suficiente, se separaba mal de los rasgos característicos del Jomon. No obstante, la llegada de los chinos al archipiélago si se inicia, a modo de intercambios comerciales, en este último período, y hará que Japón, tras unos siglos de adaptación a la civilización china, utilice también el urushi para la decoración de objetos relacionados con el culto o los ritos funerarios. Es un paso hacia el refinamiento de este material, puesto que se descubre que no sólo es práctico para revestir útiles con el objetivo de fortalecerlos contra los agentes externos. 



Escritorio con diseño de un pino, bambú y cerezo, en madera, decorado con la 
técnica del makie. 
Período Edo. Japón del siglo XIX.


Nace así, en el siglo VIII, la conocida técnica del maki-e. En ella se utiliza polvo de oro, plata o bien electro para decorar la superficie lacada. Al igual que en la mayoría de las técnicas decorativas, primero se traza el dibujo donde se aplicará el polvo sobre la laca todavía húmeda, valiéndose el artista de un pincel muy fino. Después, se debe tomar un tubo por el que se sopla para espolvorear el material. Finalmente queda la labor de pulido del metal, que para los expertos lleva unas dos semanas. Tiene como objetivo rebajar el metal lo suficiente como para garantizar su belleza. No obstante, si se rebaja poco o demasiado, la calidad y hermosura de la pieza se verá modificada. Una variante del maki-e se denomina nashiji. Consiste en espolvorear copos de oro o plata, de manera que se genera un patrón con forma de salpicadura. Esta técnica es utilizada para la decoración de los fondos de las escenas representada, como se puede observar en el fondo anaranjado del escritorio. 



La técnica del maki-e será un hito que se perfeccionará durante el paso de los siglos, teniendo su pleno apogeo en el Período Edo (1603-1868). El arte del urushi será demandado por las clases privilegiadas.



Plato de madera recubierto con laca urushi y decorado con relieve, 
Dinastía Yuan (siglos XIII-XIV). China.


Por otro lado, en China, la época de mayor esplendor para el arte de la laca será alcanzada sobre todo durante las dinastías Yuan (siglos XIII-XIV) y Ming (XIV-XVII), donde será habitual el tallado (chositsu) de la pieza artística para otorgarle volumen y claroscuros. 


Inro con el diseño de salvias chinas en una paisaje de montaña. 
En madera, decorada con lacado, negoro y kamakura-bori. 
Japón, Período Edo.


De hecho, esta técnica se contagiará a Japón, donde obtendrá un nombre propio: kamakura-bori. Es una técnica que consiste en tallar sobre la madera, con un cuchillo concreto, relieves de distinto volumen que después serán lacados. Los motivos en relieve de ''Salvias chinas en un paisaje de montaña'' aparecen tintados en color rojo (aunque la pieza ha sufrido un potente desgaste, por lo que dicho color se ha ido degradando, subordinándose al negro). Otra técnica, aparte de la citada, es el chositsu. En este caso lo que se esculpe es la laca una vez aplicada, y no la madera. Se trata de una técnica escultórica de origen chino (común en el país sino, como se dijo en el párrafo anterior), descubierta alrededor del siglo XIII. También hay técnicas que consisten en realizar incisiones o marcas sobre la pieza lacada que se rellenan, o bien con colores (kimma) o bien con oro (chinkin).



Sagrario namban, en madera, decorado con laca urushi, maki-e, raden e incrustaciones de piedras de colores. Japón (1580-1630), modificado en la segunda mitad del siglo XVII en España.
Su detalle muestra el famoso mito del león y la peonía. Se trata de un cuento ancestral venido de Oriente Medio. El león es así considerado como la bestia más poderosa y noble del mundo, capaz de vencer a todo oponente, excepto a los parásitos. La peonía es, entonces, la única planta que le permite al león curarse de ellos, pues al restregarse con ella los mata y ahuyenta. De ahí que se venere tanto a la peonía, pues es protectora del héroe animal.


Pero la belleza del urushi dejará de tener como núcleo central Extremo Oriente con la llegada de los españoles y portugueses a Japón en el siglo XVI. La laca urushi se extenderá como moda extraordinaria en ambas potencias mundiales. De hecho, nacerá así el estilo artístico denominado namban: arte oriental influido por el gusto barroco europeo, fruto de las relaciones mercantiles entre, especialmente España y Japón, durante un período de aproximadamente medio siglo. El arte namban es el que fusiona mejor las dos culturas. Los españoles y portugueses encargaron piezas a los artesanos japoneses que normalmente tenían que ver con la liturgia. Pedían que, además, los objetos estuvieran muy decorados, pues la moda europea era el estilo barroco, como bien se citó antes. Así nació en Japón un mercado especializado en satisfacer la demanda externa, donde se creaban piezas lacadas de menor calidad que las destinadas a los japoneses, ornamentadas exageradamente con técnicas como maki-e, raden (taraceado con nácar), e incrustaciones varias. Cuando la pieza importada llegaba a su destino, pasaba por otro taller donde se le añadían cerraduras de plata y remates, y a veces taraceas de piedras de colores, otros motivos y ensamblajes. Los temas representados en el arte namban no son religiosos. En el urushi, de hecho, destacan los ornamentos vegetales. Los animales también ocupan su sitio, como las aves y el mito del león y la peonía. 

Aunque dicho arte se extingue por la política de aislamiento nipona (que estaba en contra del surgimiento del cristianismo en este país), el gusto por estas lacas no se terminaría. De hecho, en China, las lacas urushi autóctonas siguieron exportándose a los países occidentales. 


Consola del rey Luis XVI, perteneciente al japonismo francés.
Está trabajada en madera de ébano y decorada con laca.
Se atribuye al ebanista Adam Weisweiler. Año 1785-1790.


En el siglo XVII, Holanda y Japón firman un tratado parcial de carácter comercial. Ahí los holandeses recuperan las lacas japonesas y las introducen de nuevo en Europa. Es así como en este continente se intentará copiar el lacado urushi mediante la corriente artística denominada japonismo (siglos XVII - XIX). La laca urushi tendrá una influencia tan poderosa que se comenzará a imitar, aunque con materiales, como la resina sandáraca, y resultados más pobres. Objetos decorativos como estos residirán en las Cortes de potencias tales como Francia e Inglaterra. Es, en definitiva, la búsqueda de una estética distinta, supuestamente renovadora, frente al arte tradicional europeo. 



Batea circular.
Su soporte es madera decorada con maqueado de diversos colores.
Michoachán (México). Siglo XXI.


La laque maque, originaria de México, fabricada con grasa del insecto aje y aceite de la planta chía, mezclado todo a su vez con tierra blanca, también evidenciará el gusto por el urushi en las obras locales. Algunas de las piezas se revestirán de un fondo negro y motivos vegetales pintados encima (mediante tierra de diversas tonalidades o coloreada). Así emulan a la moda de la laca nipona, aunque usando un estilo de figuración de la naturaleza más propio de América y/o Europa. El urushi, entonces, ''tocará'' prácticamente todo Occidente.


El inro, una pequeña caja para portar objetos minúsculos,
es considerada como una de las obras artesanales
más comunes del Período Edo. Es una extensión
del uso de objetos lacados a las clases populares.
Todo un cambio en el arte japonés.

Como inciso al argumento sobre la laca llevado a cabo hasta ahora en esta entrada, la pieza mostrada arriba, manifiesta también la belleza y precisión que se puede obtener mediante la técnica de urushi llamada raden. Consiste en taracear incrustaciones de nácar en el urushi. Puede apreciarse perfectamente dicha materia en la simbolización del halcón y la grulla. Primero, se debe extraer la materia prima, es decir, láminas de nácar, sobre las que luego se realiza un dibujo que será recortado después con la ayuda de un punzón. Las partes sobrantes de la lámina pueden eliminarse, si se tiene cuidado, con los dedos, de forma que lo que queda es el recorte del dibujo. Los trozos de madreperla se aplican sobre la laca aún líquida, y después se recubrirán con algo más de laca los alrededores con el objetivo de fijar bien las incrustaciones. Si se quiere, con el punzón se pueden hacer incisiones suaves sobre el nácar, de manera que se detalla y embellece todavía más la taracea, al igual que en este inro. Por último, se pule la madreperla para obtener un raden totalmente iridiscente, librado de cualquier impureza. Hay dos técnicas similares al raden. Una de ellas se denomina heidatsu. Consiste en la incrustación de metales. La otra se conoce como tsuikin. El material a taracear son trozos de laca. Además de las nombradas, hay una serie de incrustaciones de materiales varios (piel de tiburón, vidrio, cristal, marfil, etc). Estas últimas son típicas del arte namban.


Por otro lado, China decide dejar de rivalizar con Japón en el arte de la laca, puesto que es una mejor productora de porcelana. Regresando a Japón, el Período Edo (1603-1868) es el que consigue hacer resplandecer la laca urushi. La elaboración del maki-e es óptima, y las numerosas técnicas preexistentes se renuevan y se refinan. Tan importante es el lacado que se introduce como arte pictórico y decorativo en la Escuela Rimpa. 



''El actor Nakamuro Tomijuro como un guerrero montado''. De Okumura Masanobu.
El soporte es papel y la técnica empleada es pintura urushi-e.
Período Edo (Japón).


La laca urushi, incluso, se extenderá, conociendo así soportes tan inusuales antes como el papel. Esta adherente pintura se utilizará en varias técnicas, como la del urushi-e. Consiste en el empleo de lacas de colores como pintura. Primero se elige un color para los contornos (en este caso es el negro). Para aplicarlo se necesita de un pincel muy delgado. Luego se baña el interior del dibujo con distintos colores, obtenidos usualmente a través de pigmentos (conseguidos a su vez mediante óxidos metálicos). Para esto se emplea un pincel más grueso, puesto que la superficie a cubrir es más vasta que durante el perfilado. Esta técnica tiene diversas variantes que dependen esencialmente de con qué se haya fabricado la pintura para la decoración de la laca.



En este período, sobre todo en los siglos XVIII y XIX, con el ascenso de la burguesía y el debilitamiento feudal, se fabricarán todo tipo de objetos lacados cotidianos.



La apertura de Japón a la sociedad occidental con el Tratado de Kanawaga (1854) hará recaer el fulgor del arte urushi en su país natal. Es el momento en el que aparecen, sin embargo, en Europa y Norteamérica, importantes coleccionistas de lacas urushi. Las piezas que consiguieron (mediante la compra o el expolio) se muestran ahora en algunos de los museos más trascendentales.



Actualmente, el arte urushi se sigue practicando, aunque no goza del virtuosismo del pasado.

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